Nunca hagas nada sin haberlo medido antes... es un buen consejo, pero también hay veces que es tiempo de arriesgarse e ir para adelante y tomar una decisión espontanea amparada simplemente en lo que sentimos o intuimos en ese momento. Conclusión, hay tiempo para todo, conozcamos el ritmo de la vida y entenderemos cuando hay que ser frío y calculador y cuando hay que ser espontaneo y arriesgado. Aprendamos de las experiencias.
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